lunes, 27 de diciembre de 2010

Eucalipto y abeja: un matrimonio de conveniencia

La abeja y el eucalipto forman una pareja muy rentable. Ambos seres vivos han sabido sacar provecho de su convivencia: la abeja ha hecho del eucalipto su fuente de vida, mientras que el eucalipto ha encontrado en la abeja su principal aliado para garantizar su supervivencia. 
Colmenas en una plantación de eucalipto

La capacidad melífera del eucalipto es muy apreciada, tanto por los apicultores como por los productores forestales que buscan conseguir un aprovechamiento extra de los cultivos. Las flores de los eucaliptos son muy atractivas para las abejas por tener grandes concentraciones de polen y néctar y algunas especies, como la robusta, melliadora o urophylla, son capaces de producir intensas floraciones. La mayoría de los eucaliptos empiezan a florecer a temprana edad, siendo el E. grandis uno de los más precoces con floraciones registradas a tan sólo 18 meses de su plantación. Los días que permanece abierta una flor son variables para las distintas especies y aún dentro de ellas para las distintas condiciones ambientales. La mayoría de las flores cesan en su producción de néctar cuando la fecundación a través de la polinización se ha completado, etapa que en los eucaliptos se da a los 5-8 días de abierta.

Las propiedades y el color de la miel dependerá de cada especie de eucalipto, si bien generalmente es de color ámbar, de excelente sabor y aroma. Con un buen manejo poblacional de las abejas, podemos obtener cosechas con un promedio que incluso alcance los 50 kilos por colmena. La miel de eucalipto posee propiedades antisépticas y balsámicas, por ello es frecuente su uso para combatir males que afectan al aparato respiratorio. Así, calma la tos, es emoliente y ayuda a curar las faringitis. También es óptima en el tratamiento de infecciones urinarias.

El eucalipto, además de brindarnos néctar, también nos ofrece cantidad de polen (de alto valor proteico) y del que podemos cosechar entre dos y tres kilos por colmena durante la temporada de floración. Su color varía de blanco verdoso a amarillo verdoso claro.

martes, 21 de diciembre de 2010

Eucaliptos singulares en Andalucía


Eucalipto de La Pizana
 La Junta de Andalucía tiene catalogados nueve ejemplares de eucalipto y dos eucaliptales en su Inventario de Árboles y Arboledas Singulares, un documento que recoge cientos de "mitos vivientes" que hunden sus raíces en tierras andaluzas y que poseen unas características extraordinarias.

La provincia de Sevilla es la que cuenta con más eucaliptos singulares. En el término municipal de Valencina de la Concepción se encuentra el Eucalipto de la Hacienda Torrijos. Con cerca de 47 metros de altura y una peana que supera los 14 metros de perímetro, se convierte en un auténtico hito paisajístico. En Villanueva del Río y Minas está el de la Huerta del Malagón, cuya característica principal es su imponente talla de 60 metros, mientras que el de La Pizana, ubicado en las proximidades de una finca de Gerena, sirve de criadero y refugio para parejas de cigüeñas. El Eucalipto de Torre del Abad, situado en un cortijo de Alcalá de Guadaíra, destaca por sus 33 metros de altura en un entorno eminentemente llano.

Además, en la localidad sevillana de Aznalcázar sobresalen cuatro ejemplares de la especie Eucalyptus Citriodora que se sitúan frente a la Casa Forestal de El Colmenar y que están rodeados de pinos piñoneros.

Eucalipto Venta del Palacio de Doñana
Los dos eucaliptos singulares localizados en la provincia de Huelva están en el término municipal de Almonte y dentro de los límites del Espacio Natural de Doñana. En pleno corazón de la reserva y junto al Palacio de Doñana nos topamos con un ejemplar de 42 metros de altura, con tronco portentoso y una peana de 25 metros de contorno. Por otro lado, en el paraje de la Veta del Puntal está el Eucalipto de La Cruz de extraordinario grosor y con algunas raíces emergentes que amplían la peana hasta más de 20 metros.

En Cádiz sólo hay un ejemplar singular de eucalipto. Está localizado en Sanlúcar de Barrameda, concretamente en el Pinar de la Algaida, y alcanza los 41 metros de altura. Años atrás, sirvió de observatorio para la vigilancia de incendios forestales durante el verano y, por ello, en su tronco se clavaron aros metálicos a modo de peldaños para facilitar la subida a los guardas forestales.

Los eucaliptos del Arroyo de los Ríos y del Arroyo del Torrito están situados en la provincia de Jaén. El primero crece muy cerca de la Nacional IV, junto a un área de servicio. El tronco muestra un contorno ondulado y su grosor de casi 7 metros le hace ser el más grueso de los inventariados en Jaén. El segundo ejemplar está a pocos kilómetros de Linares y destaca por su copa. Ésta es muy amplia y tupida, siendo visible desde la lontananza por ser la especie de mayor tamaño en la zona.

Por último, en la provincia de Córdoba están catalogados dos ejemplares singulares y un eucaliptal. En Bélmez se alza el Eucalipto de la Fuente Agria de El Hoyo. Su característica más notable es su muy llamativo desarrollo de la base del tronco, que presenta una peana que mide casi 16 m de perímetro. El Eucalipto de la Hacienda de Nublos, en Hornachuelos, es un ejemplar excepcional. Llama la atención su gran tamaño de copa, ya que con sus 30 metros de diámetro proyecta más de 800 metros cuadrados de sombra, es decir, con capacidad para acoger el banquete de una boda con unos 500 invitados.
Eucaliptos de Las Grúas

Los Eucaliptos de Las Grúas, localizado en El Carpio, constituyen una alineación destacable por el tamaño de los individuos que la integran, tanto en altura como en diámetro de copa y perímetro de tronco. Al interés intrínseco de los árboles hay que añadir el histórico y cultural, pues el nombre de este eucaliptal hace referencia a su emplazamiento: las grúas, norias o aceñas del entorno fueron construidas por el primer marqués del Carpio, con el objetivo de regar sus tierras. 

Un árbol es considerado singular cuando destaca del resto de los ejemplares de su misma especie, bien sea por adoptar una forma poco habitual, tener una avanzada edad, poseer dimensiones excepcionales, adquirir un alto valor paisajístico, localizarse en lugares poco habituales para su especie, por su historia o tradiciones populares, o sencillamente por su rareza.

Hablamos de arboleda singular, cuando la singularidad se presenta en un grupo de árboles que alberga un elevado número de individuos singulares; en otras ocasiones, es el conjunto armonioso de árboles el que ofrece el carácter de singularidad, pudiendo ocurrir que los ejemplares que lo integran pierdan cierto valor al separarlos del mismo.

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha realizado una catalogación de estos árboles y arboledas singulares y ha editado ocho libros, uno por cada provincia, donde se recoge este inventario.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El eucalipto mejora el sabor y la calidad de las setas

Las setas cultivadas sobre residuos de eucalipto y laurel mejoran de sabor y de color. Así se desprende de un estudio realizado por un grupo de expertos argentinos adscrito a la Universidad Pública de Navarra y que ha evaluado el uso de residuos obtenidos de la extracción de los aceites esenciales de eucalipto y laurel para mejorar el rendimiento y obtener setas de mayor calidad, con un color marrón más intenso, un gusto más ácido y un ligero descenso de la amargura y dureza típicas de este alimento.

Si el objetivo inicial de esta investigación era examinar el efecto de los residuos en la producción de hongos comestibles, a lo largo del estudio se constató que los desechos de eucalipto y laurel modificaban algunas de las características sensoriales de las setas, aportándole más sabor y una mayor calidad.

Pleurotus ostreatus

Los expertos argentinos adscritos a la Universidad de Navarra no encontraron documentación ni información sobre la evaluación sensorial de los hongos comestibles. Por este motivo, organizaron un grupo para determinar y comparar los distintos atributos de dos especies: la Pleurotus ostreatus, que es la segunda seta más cultivada y consumida en todo el planeta, y la Polyporus tenuiculus, una especie silvestre y comestible que podría cultivarse con fines comerciales.

“Un panel de expertos ha confirmado que los hongos que hemos cosechado sobre residuos de eucalipto y laurel presentan un color marrón, un sabor a hongo y una gomosidad superior a la de los cultivados con métodos tradicionales”, según explica Alejandra Omarini, primera autora del estudio, e investigadora recién incorporada al Grupo de Investigación de Genética y Microbiología de la Universidad Pública de Navarra.

El proyecto se llevó a cabo en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de General San Martín (Argentina) y ha sido publicado hace tan sólo unos meses en el International Journal of Food Science & Technology.

martes, 7 de diciembre de 2010

El eucalipto: energía verde para el futuro

El eucalipto es la mejor especie para cultivar biomasa con fines energéticos gracias a su eficiencia para fijar más CO2 atmosférico, por su bajo consumo de agua y fertilizantes, así como por sus altas tasas de crecimiento y su mayor poder calorífico frente a otras especies como el cardo, el chopo o el sauce.

Así se desprende de las investigaciones llevadas a cabo a lo largo de una década por el departamento de I+D+i forestal del Grupo Ence en Huelva, que ha analizado distintas especies herbáceas y leñosas para cultivar biomasa.

Los primeros resultados de estas investigaciones apuntan a que, "con mucha diferencia", son varias especies de eucaliptos las más eficientes por fijar más CO2 en forma de biomasa, por su mayor crecimiento, su mayor poder calorífico y su menor consumo de recursos naturales, como agua y nutrientes.

De esta forma, las principales ventajas ambientales del eucalipto le confieren claros beneficios comparativos frente a los cultivos agrícolas, con demandas de fertilizantes y agua mucho mayores. Esto convierte a esta especie forestal en una opción inmejorable en zonas de agricultura tradicional donde las reformas de la Política Agraria Común (PAC) están comprometiendo su rentabilidad y viabilidad futuras.

Otro factor a tener en cuenta y que consolida al cultivo energético como alternativa al abandono agrícola es el objetivo marcado por Europa en cuanta al desarrollo de las energías renovables. Así, la UE cifra en un 20 por ciento la cuota de producción de este tipo de energía en 2020, lo que sitúa a la biomasa como el sustituto idóneo para determinados cultivos de baja competitividad.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Un lentisco de 400 años convive con los eucaliptos en una finca de cultivo maderero en Andalucía

El que podría ser el lentisco más longevo de España convive con los eucaliptos en la finca Villa Emilia, situada en el municipio sevillano de Castillo de las Guardas y gestionada por la compañía Ence. Con una edad estimada de unos 400 años, este espécimen superaría al conocido como "Lentisco del Font de la Mata" (Alicante) que, hasta ahora, estaba considerado el abuelo de esta especie en España con tres siglos de edad.
Se trata de un ejemplar con un perímetro de base de 4,13 metros y una proyección de copa de 9,5 metros de diámetro que se alza majestuoso en un paisaje de gran belleza.Ence ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía su inclusión en el Inventario Andaluz de Árboles y Arboledas Singulares.
Este lentisco centenario ya forma parte del catálogo de singularidades presentes en el patrimonio de Ence, un documento en el que están descritas y localizadas geográficamente todas sus joyas de flora, fauna o históricas y en el que se establece un plan específico de conservación.
Otras de las singularidades valiosas que sobresalen en este catálogo de Ence son encinas centenarias, nidos de cigüeñas negras -especie en peligro de extición-, así como restos arqueológicos de gran relevancia como un dólmen prehistórico o las tumbas y los vestigios de un poblado protohistórico que comparten espacio con el cultivo de eucalipto.
La finca Villa Emilia, en la que se encuentra este lentisco de 400 años de edad, es uno de los primeros montes que Ence adquirió en propiedad en la década de los 60. Con una extensión que supera las 1.000 hectáreas, 670 están destinadas al cultivo de madera, mientras que las 330 restantes se gestiona y conserva el monte mediterráneo.