lunes, 28 de marzo de 2011

Los curas se visten de eucalipto

Uno de los usos habituales del eucalipto es su aplicación en la industria textil. La fibra de eucalipto tiene unas características singulares que hacen que los tejidos sean frescos, transpirables y muy suaves. De hecho, muchas marcas de ropa infantil utilizan la fibra de eucalipto para fabricar sus colecciones de ropa de primavera-verano, ya que previene las alergias e irritaciones en la piel de los bebés.
 
Sacerdote con la indumentaria habitual

Una de las últimas propuestas sobre el empleo de eucalipto para la fabricación de ropa no ha pasado desapercibida por ser un tanto inusual. Diversos medios de comunicación españoles se han hecho eco la semana pasada del lanzamiento de ropa sacerdotal por parte de una empresa sevillana, Lvsitanvs, que ofrece a los curas camisa y alzacuellos “por sólo 19 euros”, un precio low-cost con el que pretenden "ayudar a los que no paran de ayudar".

Algunas de estas prendas sacerdotales, como camisas o pantalones, están realizadas en fibra de eucalipto, ya que según destaca la sastrería andaluza, “es buena para el verano porque da frescor y también para el invierno”.

miércoles, 23 de marzo de 2011

El 'oso de peluche' de los eucaliptos

Si hay un animal en el mundo cuya existencia esté vitalmente relacionada con el eucalipto, éste es el koala. Sin lugar a dudas, este perezoso oso de peluche ha sabido adaptarse a los cambios que ha experimentado su entorno natural y evolucionar junto a los eucaliptos a lo largo de millones de años.

Las características del koala están perfectamente adaptadas a su vida arborícola y a los bosques de eucaliptos de Australia, su único hábitat y fuente de alimento, ya que este marsupial solo come las hojas y las yemas de estos árboles.

El koala tiene una longitud corporal de unos 76 centímetros y un macho puede llegar a pesar hasta 14 kilos –las hembras no superan los 11 kilos-. Su cuerpo es rechoncho y está cubierto de un pelo suave de color marrón grisáceo. Tiene la cabeza grande y redonda, y sus orejas son peludas, grandes y redondeadas. La dentadura del koala está adaptada a su dieta herbívora, con unos afilados incisivos que utiliza para cortar hojas al frente de su boca. Estos animales viven en los árboles y su actividad es mayoritariamente nocturna. Para ahorrar energía, duermen 20 horas al día.

Los dientes del koala están especialmente adaptados para comer hojas de eucalipto. Recolectan las hojas con los incisivos superiores e inferiores y el hueco que tienen entre los incisivos y las muelas les permite mover las hojas de un lado para otro con la lengua sin morderse. Las muelas tienen una forma especial que hace que también puedan trocear la comida, en vez de solo triturarla. De este modo, los dientes quitan la humedad a las hojas y destruyen su fibra al objeto de facilitar la digestión.

El eucalipto les aporta azúcares, almidón, grasas y proteínas. En un proceso digestivo relativamente largo, extraen el agua y los alimentos aprovechables. Como sus alimentos son difíciles de digerir, poco energéticos e incluso tóxicos, los koalas tienen un apéndice que es muy largo y que puede alcanzar hasta 2,5 metros. Aquí las bacterias ayudan a digerir las fibras y permiten que se lleve a cabo una especie de fermentación. Además, su lento metabolismo posibilita que se almacene el eucalipto durante bastante tiempo, en el que se pierde la mayoría de la energía. Esto les lleva a un bajo consumo de energía, que es inferior al del resto de los animales herbívoros.

Los koalas son muy exquisitos a la hora de elegir las hojas de eucalipto con las que se alimentan. Primero, estiran un brazo y cogen con mucho esmero algunas de las hojas seleccionadas. Luego las olisquean con cuidado antes de hincarles el diente. Por último, las mastican hasta hacerlas una papilla y se las tragan.

Estos osos de peluche pasan la mayor parte del tiempo subidos a los eucaliptos. Son unos magníficos trepadores, gracias a contar con unas extremidades relativamente largas. Sus manos, pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse en las ramas. Para subirse a un eucalipto, brincan desde el suelo, se sujetan a la corteza con sus garras y trepan. Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba.

Los koalas se pueden llevar una hora encaramados a una misma rama. Mientras duermen, se sujetan a las horquillas para no caerse y el pelaje del trasero, especialmente espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras. En los días fríos, húmedos y ventosos, se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y desprender el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el lomo al igual que sucede con los patos. En jornadas calurosas, secas y bochornosas, no sufren porque el pelaje de su pecho, que es claro y largo, absorbe el calor, y, cuando hace viento, su pelo se mueve y así se refrescan.

Hoy en día, el koala es símbolo de Australia, al igual que el canguro, y gracias a su belleza inusual es un animal muy popular en todo el mundo.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Un eucalipto de colores

De las cientos de especies de eucalipto que hay por todo el planeta, hay uno que resulta especialmente asombroso. Originario del sur de Filipinas, Indonesia y Nueva Guinea –ya por su lugar de nacimiento es especial, puesto que no es oriundo de Australia-, el Eucalyptus deglupta llama poderosamente la atención por los diversos colores que conviven en su corteza. Es por este motivo que se le conoce como eucalipto arco iris.

Ejemplares de eucalipto arco iris
El intenso y variado colorido de su corteza se debe a que conforme va creciendo, la corteza exterior se desprende dando paso a otra de color verde brillante –su nombre científico deriva de una palabra latina que describe el proceso de mudar la piel-. Así, según pasa el tiempo los colores de la corteza van mutando a azul y púrpura hasta tomar tonos naranjas, marrones, amarillos e, incluso, rojos y morados. De esta forma, a través de los colores de su corteza podemos calcular la edad de este árbol que parece pintado a brochazos.

Debido a su extraordinaria piel, el eucalipto arco iris se ha utilizado habitualmente como árbol ornamental y de sombra, si bien también se emplea para la elaboración de muebles y botes, así como para la obtención de pasta de papel.

El Eucalyptus deglupta -llamado kamarere en Papua Nueva Guinea, bagras en Filipinas y leda en Indonesia- es un árbol de tamaño extraordinario, capaz de superar los 70 metros de alto y el metro de diámetro a la altura del pecho. Está considerado como una de las especies con crecimiento más rápido y, sin duda, uno de los más bellos y fascinantes de la Tierra.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El eucalipto de los enamorados

Por todos son conocidos los diversos y múltiples usos del eucalipto: para fabricar papel, hacer muebles o incluso para mitigar los molestos efectos de los catarros. Pero hay uno que, sencillamente, roza la fantasía: hacer de celestina.

Al menos así lo creen miles de gallegos y vecinos de Santiago de Compostela que, animados por una vieja tradición popular, cada año se dan una vuelta por el “árbol de los enamorados” o “árbol del amor” con el deseo de casarse cuanto antes y vivir felices toda la vida. Y no se crean que ésta es una creencia minoritaria, pues la corteza de este árbol celestina está llena de corazones con nombres de apasionadas parejas de amantes.

El “árbol de los enamorados” es un eucalipto de grandes dimensiones que está plantado en la Alameda de Santiago de Compostela. Su tronco, de unos ocho metros de perímetro, está rodeado de un banco de madera donde los enamorados dan rienda suelta a la pasión mientras disfrutan de una hermosa vista de la imponente catedral de la capital gallega.

Ubicado en el tramo final del Paseo de los Leones a modo de mirador, este eucalipto de propiedades mágicas se ha convertido con el paso del tiempo en un atractivo más para los miles de turistas y peregrinos que visitan Santiago de Compostela. Con sus 120 años de edad y una altura cercana a los 40 metros, el eucalipto del amor es uno de los primeros ejemplares de esta especie de origen australiano que se plantó en Galicia. Muy cerca, otros dos eucaliptos centenarios dan cobijo a los paseantes, pero hay quien dice que sufren de celos porque las parejas prefieren el abrigo cómplice del “árbol de los enamorados”.